Entre Cambaos y Pontevedra, después de un merecido descanso a modo de largo traslado desde Barcelona, se escenificará una de las jornadas clave en el ecuador y desenlace de la presente edición de la Vuelta a España. Se trata de una cronometrada de casi cuarenta kilómetros que dejará más huella si cabe en la general provisional.
En contadas ocasiones de su más reciente existencia, habíamos asistido a tan agitado inicio de carrera. Una prueba de tres semanas y gran fondo como es ésta, nos tenía acostumbrados a una comedida y medida entrada en competición de sus aspirantes al podio de La Castellana. Algo ha cambiado. Todo apunta a que el adelanto en fechas le ha favorecido en la medida en que ya no existe ese largo paréntesis que antes existía entre la conclusión del Tour de France y el inicio de la Vuelta a España durante todo el mes de agosto. Esto traía consigo que hubiera que alargar más la temporada, y con ello, el estado de forma, por lo que, muchos primeros espada del pelotón retardaban su puesta a punto en la temporada hasta finales del primer tercio con tal de poder estar en condiciones óptimas en septiembre. Ahora, apenas ha habido tiempo de respiro entre Tour de France, Juegos Olímpicos y Vuelta a España. De echo, tanto Froome como Valverde son de los que llevan en la brecha desde los inicios de julio hasta ahora. Todo lo contrario que Contador y Rodríguez. El madrileño se reengancha después de un parón obligado, mientras que el catalán, líder provisional de la carrera, acabó segundo en el Giro d’Italia, muy cerca de haberlo ganado e, incluso, vistió de rosa.
Estas diferencias pueden marcar el resto de la Vuelta a España. Froome ya advierte que no sabe hasta cuando tendrá gasolina, y Valverde prefiere saborear las mieles del éxito del momento antes de plantearse cualquier plan de asalto al podio. El murciano de Las Lumbreras ya dijo al inicio de la Vuelta a España que venía a prestar apoyo a la candidatura de reválida de Cobo, y a ganar si se podía. ‘Purito’ Rodríguez es de los que también quiere disfrutar al máximo de su maillot rojo de líder de la carrera, sin renunciar a la disputa por la consecucción de los triunfos parciales. A ambos les queda como anillo al dedo los finales en alto vividos hasta el momento. Cosa muy distinta es su rendimiento en la lucha contra el cronómetro. Aún así, antes de que acabe esta segunda semana quedan tres finales en alto: Ancares, Lagos de Covadonga y Pajares. Para la recta final, el penúltimo día, queda el trueno gordo: Bola del Mundo. Un final inédito que promete emociones fuertes. Lo que si parece evidente es que dictará sentencia final.
Los otros tres finales en alto de la mitad norte de la península ibérica también nos depararán emociones fuertes, porque habrá que ver cómo reaccionan quienes hasta ahora parecen perder comba, y me refiero con ello a Gesink, Mollema, Antón, Txurruka, Roche, etc. Ellos también cuentan. Incluso algunos de ellos recuperen tiempo ahora perdido en la cronometrada del próximo martes en Pontevedra. A partir de ahí habrá que entrar a valorar en firme las opciones de quienes cuentan para ocupar el podio de Madrid.