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¿Cuál es el enfoque más adecuado para el tratamiento informativo de las noticias relativas a la violencia de género?
La selección del punto de vista o el enfoque con el que los medios y los periodistas deciden abordar el tratamiento informativo de las noticias es esencial para configurar las percepciones sociales del público sobre los distintos acontecimientos y protagonistas que aparecen en la agenda informativa. El mero hecho de seleccionar o no determinados hechos para convertirlos en noticia implica ya una construcción de la realidad. Pero, una vez seleccionados como parte de la agenda temática, la perspectiva desde la que se aborde el tratamiento de la información –la selección de fuentes, el punto de vista narrativo, el orden de datos, el lenguaje utilizado o las imágenes escogidas- contribuirán a configurar nuestra forma de ver el mundo.

En este sentido, los medios de comunicación tienen un papel esencial para visibilizar y concienciar sobre el problema social que supone la violencia de género. Pero también para romper estereotipos y dar una mayor visibilidad a las mujeres y sus diversas aportaciones en la sociedad, como protagonistas y como fuentes informativas. Esto implica enfocar las noticias desde una perspectiva de género, donde se reflejan las desigualdades existentes entre hombres y mujeres y cómo afecta la realidad de forma diferente a unos y otras.

Los expertos consultados –educadores y trabajadores sociales, psicólogos, asesores jurídicos- coinciden en señalar que los medios realizan con frecuencia un tratamiento incompleto de los temas relacionados con la violencia de género. Es importante abordar las causas de este problema social e informar sobre cómo prevenirla y superarla e informar en cada noticia vinculada con este tema sobre los recursos públicos a los que acudir en cada municipio. Consideran también que se da demasiada información sobre las víctimas y muy poca sobre los agresores. En su opinión, se debería investigar más desde el punto de vista periodístico, sobre las características psicológicas y sociales de los agresores. También señalan que no se debería centrar tanto la información en si ha habido o no denuncia porque, aunque la denuncia es necesaria para garantizar la protección, lo más inmediato para la mujer que puede estar sufriendo malos tratos es ponerse a salvo y pedir ayuda especializada para saber cómo actuar de cara a su protección y desvinculación del agresor.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, con respecto al enfoque informativo, se plantean las siguientes recomendaciones:
  • Los medios de comunicación deben velar especialmente por el adecuado tratamiento de las informaciones sobre violencia de género. El enfoque dado a estas noticias debe ir encaminado a evitar contenidos o expresiones que inciten a la violencia o a la discriminación de la mujer.
  • Es preciso aunar el rigor en las informaciones con un tratamiento de respeto y sensibilidad hacia las víctimas, especialmente si hay involucrados menores.
  • Este tipo de informaciones no deben incluirse solo en la sección de sucesos, ya que no se trata de hechos aislados, sino de un problema social, por lo que estos temas deben tener cabida en otras áreas del medio y se recomienda dar a estas noticias la relevancia local, autonómica o nacional que requiera.
  • Las noticias sobre violencia de género no deben focalizarse únicamente en el suceso en sí. El morbo y los detalles escabrosos o irrelevantes no aportan nada a la compresión de este problema. Es necesario contextualizar la información e incluir antecedentes y datos útiles: medidas legislativas, servicios de atención a mujeres maltratadas, protocolos de intervención en casos de denuncia, planes de apoyo, programas de protección, etc.
  • Deberá tenerse especial precaución con los testimonios de familiares, vecinos u otras personas cercanas en los momentos de máxima tensión informativa porque pueden desvirtuar la realidad o tratar de generar una imagen positiva del agresor o negativa de la víctima. Se recurrirá a fuentes expertas que proporcionen opiniones y explicaciones cualificadas.
  • Más allá de la noticia inmediata, se realizará un seguimiento de los hechos. Se deberá informar de la sentencia y las penas impuestas para no contribuir a generar sensación de impunidad ante este tipo de delitos, pero el seguimiento del proceso judicial se realizará sin juicios paralelos y sin un innecesario foco informativo.
  • Tampoco se debe contribuir al mito de las denuncias falsas. Cuando el medio haga referencia a un caso demostrado de denuncia falsa, deberá ofrecer elementos explicativos y de contexto y aportar datos oficiales que reflejan que se trata de casos minoritarios.
  • Evitar un enfoque que cree alarma social, pero tampoco se debe contribuir a generar un clima de insensibilización ante este problema. No es posible la neutralidad ni la equidistancia entre víctima y agresor en este tipo de informaciones.
  • No recurrir a una causalidad simple, no es un arrebato o una explosión momentánea, no buscar justificaciones a este tipo de agresión en los celos, la drogas o el alcohol o en la actitud de la víctima –quería divorciarse; había vuelto con él…-. La causa última siempre es la situación de desigualdad y la actitud de prepotencia del hombre sobre la mujer.
  • La noticia ha de alejarse de expresiones estereotipadas para referirse a víctimas y agresores, y no debe caer en la doble discriminación de las mujeres agredidas víctimas de otros prejuicios, por su etnia, profesión, nacionalidad, discapacidad, etc. No hay un perfil específico de víctima ni de agresor.
  • El Periodismo debe apostar por nuevos enfoques y tratamientos informativos que contribuyan a fomentar el debate desde la igualdad. Para ello se generará una agenda informativa que permita que la violencia de género esté presente de forma habitual en los medios, más allá de un caso concreto. De este modo, se podrán elaborar reportajes o noticias atemporales que incluyan entrevistas con expertos o medidas de prevención y concienciación sobre determinados comportamientos machistas.
  • Desde los medios también se puede ayudar a las instituciones a detectar y mejorar los fallos en los sistemas de ayuda y protección a las víctimas haciendo reportajes sobre los mismos.
  • Se ofrecerán también testimonios y ejemplos de superación de mujeres que han rehecho su vida tras vencer estas situaciones para que sirvan de ayuda y de mensaje positivo para otras víctimas. En la selección de las posibles entrevistadas es preciso también mantener una especial precaución. En este sentido, los profesionales consultados recomiendan que los medios tengan muy claro qué es lo que se pretende conseguir con estas entrevistas y sean conscientes de la vulnerabilidad de la mujer ante una exposición en un medio de comunicación. El periodista debe valorar también que, aunque la víctima preste su consentimiento para la entrevista, es probable que desconozca las consecuencias que pueda tener. Algunas víctimas sienten la necesidad de contar lo que les ha sucedido como forma de liberar sus emociones negativas o por resarcirse del daño sufrido y no miden las repercusiones negativas que pueden tener para ellas algunos de los detalles que cuentan. Por ello, el profesional de la comunicación debe valorar el interés periodístico de estos testimonios y ser muy cauto, tanto en la selección de las personas entrevistadas, como de los datos que puede difundir.
  • En todas las informaciones se debe incluir recursos de ayuda para las víctimas, el más importante, el teléfono 016. Estos recursos se citan en el apartado 11 de este manual. Es necesario también subrayar que todos podemos denunciar y que la lucha es de toda la sociedad.

En síntesis, a la hora de abordar el tratamiento informativo de las noticias sobre violencia de género, los medios de comunicación deben:

  • Informar

    Con rigor y con empatía hacia las víctimas, acudiendo a fuentes oficiales y expertas, sin recrearse en detalles escabrosos o irrelevantes, y aportando datos útiles e informaciones prácticas.

  • Explicar

    Contextualizar, incluir antecedentes y recurrir a expertos que proporcionen opiniones y explicaciones cualificadas. Huir de testimonios que distorsionan la realidad.

  • Concienciar y sensibilizar

    Contribuir a la movilización social y a generar un rechazo unánime frente a la violencia de género; reflejar las muestras de repulsa y la respuesta política, jurídica y social a este problema.

  • Prevenir

    Difundir actitudes y comportamientos machistas que alimentan este tipo de violencia; identificar el comportamiento del agresor para ayudar a otras posibles víctimas. Se debe recordar que hay mujeres que han salvado su vida denunciando.

  • Denunciar

    Los medios de comunicación deben denunciar actitudes y situaciones que fomenten la desigualdad, la violencia y la discriminación hacia la mujer. Es preciso denunciar que la violencia de género es un grave atentado contra los derechos fundamentales de la mujer. Se denunciará aquello que no funciona en la resolución del problema de la violencia de género, pero buscando el equilibrio con otras medidas y acciones positivas.

  • Alentar y aportar enfoques positivos

    Alentar a las mujeres a denunciar y enviarles el mensaje positivo de que es posible salir de este ciclo de la violencia. Poner cara a las mujeres afectadas por la violencia machista ayuda a empatizar con las víctimas y puede ayudar a otras mujeres. Se trata, esencialmente, de mostrar historias de superación de mujeres que han podido salir de esta situación de maltrato.

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