Teórica etapa de aproximación a los Alpes. A una decena de kilómetros de la meta en Gap se coronaba la única cima de interés de la jornada. Casi una decena de kilómetros a poco más del cinco por ciento de desnivel medio. Poco era de esperar de esta subida más allá de servir de juez en el desenlace de esta decimosexta etapa. Habría fuga, y debido a la posición estratégica de este alto, es el lugar indicado para decantar a favor de unos u otros la disputa del triunfo parcial. Además, tanto sobre el papel como sobre el terreno, la Col de Manse es una subida favorable a ciclistas de fuerza, del perfil de Thör Husvod. Pero en lo que no todos se percataron es su botosa, angosta, estrecha y revirada carretera de descenso, sobre todo cuando la fina lluvia hace acto de presencia. Una mezcla explosiva, con curvas como la que deparó la brusca caída de Joseba Beloki.
El caso es que hubo lluvia, fuga y golpe de efecto a cargo de Alberto Contador. Mientras que por delante acontecía la lucha de intereses entre los fugados, con Thör Husvod entre ellos, Alberto Contador nos deparaba una sorpresa mayúscula. Le habíamos oído decir durante la jornada de reposo del lunes que se encontraba mejor, que esperaba dar un vuelco a la situación suya en la clasificación general provisional, pero, a su vez, reconocía que no está tan super como en el Giro d’Italia, que puede que no halla recuperado lo suficiente, y que ahora tiene claro que la carrera rosa no es el mejor camino para el Tour.
A Riis, su director, se le conoce como un magnífico estratega, que además, conoce a una parte importante de los rivales más directos de su pupilo Alberto Contador, que son los hermanos Schleck. Quizás sea por eso, y por las características antes expuestas del final de etapa de hoy, que sobre la marcha, incita a Contador a que adelante la puesta en escena de su maniobra ofensiva. Esa acción descolocaría a sus rivales, sin lugar a dudas. Pero, cierto es que, si bien respondió a la improvisación, éste golpe de efecto viniera propiciado por una apreciación acertada de Contador respecto a sus rivales. Y visto lo visto, éstos eran Andy Schleck e Iván Basso, porque a Frank ya le teníamos más o menos en la picota desde los Pirineos. También puede que creyera en ese momento vulnerable al vigente líder de la carrera, Thomas Voeckler, aunque si hubiera sido así, no lo fue.
El caso es que, cuando todo parecía que transcurría con la normalidad que impone un sólido grupo de fugado con una ventaja suficiente por delante, Contador lanza un duro demarraje al que tardan en responder sus rivales. En ese primer golpe de efecto, los Schleck, Evans, Voeckler, Basso, Cunego y Samuel Sánchez, principalmente, responden con acierto. Sorprende gratamente ver entre ellos a José Joaquín Rojas. El de Cieza avanza favorablemente con su mejora de rendimiento en la montaña para tratarse de un velocista. Eso le hacía ganar enteros respecto a Mark Cavendish, ya descolgado por entonces. Sin embargo, Phillipe Gilbert, aunque hacía la goma también, se aferraba a ese grupo de cabeza del pelotón principal.
Sin embargo, Contador guardaba en la cartuchera más balas que disparar. Con tan solo un par de tirones sostenidos más bastaría al de Pinto para que Andy Schleck e Ivan Basso cedieran terreno respecto a él y Cadel Evans. El australiano, segundo en la clasificación general, lograba llegar a soldarse a la rueda trasera de la bici de Contador, a la vez que Samuel Sánchez también.
Los tres lograban despegarse definitivamente del grupo perseguidor de favoritos. Pronto ganarían una renta de 25 segundos. Esa renta se dispararía en el vertiginoso descenso. La pericia del ex campeón mundial de bicicleta de montaña, Cadel Evans, unida al empuje de Contador y Sánchez daba lugar a que en el descenso la ventaja de este trío se aproximara a los 35 segundos.
Fue crucial que Voeckler se lanzara a tumba abierta para que viéramos como Andy Schleck quedaba postergado al último lugar del pelotón perseguidor de favoritos hasta el punto de quedar prácticamente bloqueado. Fue entonces cuando la ventaja de Evans, Contador y Sánchez brincaba por encima de los 40 segundos. Incluso Evans lograba despegarse de los dos españoles. Mientras tanto, Andy Schleck trataba visiblemente desesperado de dar caza al grupo de su hermano Frank, del que también había quedado descolgado.
El resultado no podía ser otro. Hushovd ganaba, y Contador, que llegó con Samuel Sánchez, recortaba en 1:07 su desventaja con Andy Schleck y en 20 segundos al líder, Voeckler, del que le separan ahora 3:42.
Rojas, que lograba mantenerse al cobijo del grupo perseguidor del líder Thomas Voeckler, no solo se imponía a Gilbert en la llegada a Gap, sino que entraba por delante de Cavendish. Ahora el británico tiene 319 puntos por 285 de Rojas y 250 de Gilbert.