“Estoy super contento, no me lo creo”. Visiblemente emocionado, un año y medio después de que le obligaran a bajarse de la bicicleta por una supuesta implicación en una caótica Operación Puerto, siendo líder del UCI WorldTour, en su debú en el Tour Down Under australiano, en la meta en alto de Old Willunga Hill, en la quinta etapa, Alejandro Valverde volvía a ganar, a expresarse como nos tenía acostumbrados. “Sobre todo, quiero dar las gracias a todo el mundo que me ha estado apoyando siempre”, añadió.
Antes, sus compañeros del Movistar había trabajado de lo lindo para que el guión del desenlace esperado y deseado para Alejandro Valverde no fuera desbaratado por nadie que osara a irrumpir en un final en alto aunque al estilo de las grandes clásicas. Supo actuar con la frialdad con que le curte su veteranía, hasta asestar el zarpazo final, definitivo, triunfal. Tuvo palabras de elogio hacia lo suyos, “el equipo ha estado genial y he ganado gracias a ellos”, pero también admitió que, “era la mejor etapa que me venía, con diferencia. Los compañeros han estado siempre delante y han controlado. Hemos redondeado un Tour Down Under perfecto”, aseguró.
“Ha sido una emoción exagerada, poder descargar toda la rabia que tenía dentro… No he podido aguantar las lagrimas en la meta. Sentimentalmente hablando, diría que es la victoria más especial de mi carrera. Han sido muchos meses de entrenamiento duro en casa, de cuidarme al máximo sin competir… y te acuerdas de todo eso. El triunfo va para todo el equipo, porque me han apoyado al 100% y, en especial, para Xavi Tondo. Y también para todos aquellos que han estado siempre a mi lado. Ellos saben quiénes son. Para mi mujer, mis niños, mi familia”, añade.
Y no solo eso, sino que además, el de Las Lumbreras se posiciona segundo en la clasificación general individual provisional con el mismo tiempo que el local Simon Gerrans. “Está muy complicado. De momento, vamos a disfrutar de este triunfo y si nos mantenemos donde estamos, también vamos a terminar contentos. Evidentemente, si se puede ganar agotaremos las opciones, pero si terminamos así, yo me quedo muy a gusto. No vamos a descartar nada, pero hay que ser conscientes de que es muy difícil y que mañana es una etapa especial. Con lo que hemos conseguido ya nos sabe a gloria”.
Luego, ya en el hotel, Valverde se expresaba de manera más sosegada. “No ya desde esta mañana, sino desde que llegamos a Australia, sabíamos que hoy era el día clave. Todas las etapas eran importantes, pero ésta estaba marcada. El equipo ha trabajado genial. Nos han dejado la responsabilidad de inicio y Erviti ha sido quien ha controlado la escapada durante muchos kilómetros para que no se disparara su ventaja hasta que después han entrado a colaborar otros equipos. En la primera subida, López ha seleccionado el grupo, pero daba aire de cara y era difícil romper. Sabíamos que al coronar había un páramo de varios kilómetros en el que entraba viento de lado y allí Rojas y Gutiérrez han sido decisivos y han seleccionado todavía más el grupo. Y al final, primero Madrazo y sobre todo Javi Moreno han hecho un gran trabajo. En el sprint me ha costado porque he cogido el lado malo de la curva pero, aunque he hecho más metros, tenía buenas piernas ya al final he podido superar a Gerrans”.