Advierte de la necesidad del periodismo para el sostenimiento de una sociedad informada, libre y democrática
Las redacciones de los medios de comunicación siguen padeciendo una continua sangría de puestos de trabajo, como consecuencia de la crisis, que se inició hace ya siete años, con 12.000 empleos perdidos y decenas de medios de comunicación cerrados a nivel local, así como ediciones regionales y emisoras de radio convertidas en meros postes emisores, sin plantilla.
Lejos de haber tocado fondo, este vaciado de redacciones sigue siendo una constante que va en detrimento de una información de calidad a la que tienen derecho los ciudadanos, por lo que es preciso advertir de la necesidad del periodismo para el sostenimiento de una sociedad informada, libre y democrática.
Con redacciones mermadas, ocupadas por becarios explotados laboralmente y por periodistas con sueldos que se ven reducidos día a día no se puede desarrollar el periodismo, que es imprescindible y cuyas funciones están bien claras en cuanto al control del poder y el desarrollo de la sociedad en la que surgen los medios.
El panorama que se nos presenta es el de medios débiles que, sin profesionales, se limitan a copiar y pegar los comunicados oficiales que les llegan, convirtiéndolos en un mero instrumento de propaganda pero no de información. Además, cuentan con plantillas que apenas oponen resistencia a las presiones porque pueden ser los siguientes en la lista de despedidos, desamparados ante una legislación laboral cada vez más flexible.
En un año electoral como el que vivimos, si no se fortalecen los medios de comunicación, con el respaldo social del ámbito en el que se encuentran, ganarán las señales únicas de televisión de los partidos políticos, los textos remitidos y las comparecencias sin preguntas de los periodistas.
Si escasean o no hay periodistas en las redacciones algo falla, por tanto, en el sistema democrático. De ahí que sea preciso requerir a los editores y empresas propietarias de los medios de comunicación que apuesten por la calidad para ser competitivos y sean conscientes de que, prescindir de periodistas con continuados despidos, es una política empresarial errónea y les llevará al cierre porque se romperá su vínculo con la población.