Las tres grandes apuestas del Rabobank para asaltar el podio del Tour de France ya están en Granada. Las empinadas y retorcidas carreteras que rodean al macizo de Sierra Nevada son el escenario elegido para la puesta a punto de Gesink, Mollema y Luís León Sánchez durante aproximadamente una semana. El murciano será el primero en partir hacia la Dauphiné Libéré, que se inicia el 3 de junio, y donde, al margen de una abundante ración de montaña, encontrará una cronometrada de más de 50 kilómetros. Sus otros dos compañeros eligen la Vuelta a Suiza, a partir del 9 junio, y entre tanto, visionarán parcialmente la alta montaña alpina del Tour de France.
«No parto con ninguna meta en concreto, sino a la expectativa de cómo vaya resolviéndose la carrera, y de mi día a día. El plantel de favoritos es amplio e importante. Hay quienes acuden tras la disputa del Giro en un estado de forma envidiable, como apunta a ser Joaquín ‘Purito’ Rodríguez, si es que finalmente participa; otros que venimos de California, aunque entre tanto halla pasado un cierto tiempo; y por último, quienes se reenganchan a la competición, que llegan más frescos. Hay dos finales en alto y en una larga crono (53 Km.) el último día. La Dauphiné siempre es muy disputada e intensa».
Ya guarda cuatro victorias en su zurrón esta temporada, y de California regresó, al margen de «ligeramente aturdido» por el cambio horario, muy animado después de las sensaciones vividas junto a Gesink en la etapa reina de montaña. «Me encontré muy a gusto, y de echo, estuve al frente del selecto pelotón hasta a apenas cuatro kilómetros de la meta. Ganó Gesink, y eso fue muy reconfortable. No entraba en los planes entrar en la disputa de la Vuelta a California; convenía levantar un poco el pie después de Romandia, y así dábamos entrada en la disputa de la carrera a otros. No se puede estar siempre a tope», concluye.