A expensas de conocer si Luis León Sánchez Gil lucirá los colores nacionales en las cronometradas del próximo Tour de France, que se inicia en Lieja el sábado día 30 de junio, el de Mula, del que ya conocíamos su segura participación, conoce ahora quiénes le acompañarán definitivamente, al margen del indiscutible jefe de filas, Robert Gesink.
Mollema, Kruijswijk, Renshaw, Tankink, Ten Dam, Tjallingii y Wynants completan la formación holandesa aspirante a estar presente en el podio parisino de los Campos Elíseos el domingo 22. La apuesta por el espigado Gesink parece cobrar sentido, después de que se despejara la incógnita que sembró su caída y consecuente intervención quirúrgica que se le practicó en la recta final de la pasada temporada. Pero al holandés, quizás el aspirante más cualificado en estos momentos de su país a ganar la legendaria ronda gala, se le observó muy bien tanto en California, donde ganó la jornada reina con meta en alto, como en la recién concluida Vuelta a Suiza.
Luís León Sánchez optó por la Dauphiné Libèré, y de echo, se encontraba entre los elegidos candidatos al podio hasta el decisorio paso montañoso del Jeux Plane, cuando no pudo seguir el demoledor ritmo de ascensión de los Sky del líder y ganador final, Bradley Wiggins. Aún así, el de Mula suma cuatro triunfos en la presente campaña, y en la última edición del Tour de France, salvó la honra del equipo naranja con una triunfo de etapa. Sin embargo, sigue abierta la duda sobre Luisle en la alta montaña. Aún así, a Sánchez Gil se le puede considerar un valor seguro en la búsqueda de triunfos parciales. Es un ‘caza etapas’ con el que también se puede contar para estar entre los diez mejor clasificados. El Tour de France de 2012 trae consigo dos cronometradas y una prólogo. En esta modalidad es un especialista, pero cierto es que la competencia es notable. Las etapas de teórica transición con finales nerviosos se han convertido en su especialidad. A él le gusta ir paso a paso, sin pesadas cargas que puedan lastar sus expectativas. Tampoco es despreciable en absoluto esta filosofía, porque le funciona.