Con motivo del Día Mundial de la Mujer Trabajadora, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) advierte de que, a pesar de los avances, todavía existe una importante diferencia salarial, además de un reducido porcentaje de directivas en las redacciones
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) destaca que la brecha de género es generalizada en el marco laboral español, y que, como ha ocurrido en otros sectores, en el del Periodismo los años de crisis económica han ahondado en la precariedad profesional de muchas mujeres periodistas, entre las que las más jóvenes no logran encontrar empleo, mientras las más veteranas son expulsadas del mercado laboral.
En cuanto a los puestos directivos, solo un 21% de consejeras ocupan sillones en los consejos de administración de las 6 principales empresas informativas españolas, únicamente hay una mujer entre los directores de los que el EGM sitúa como 15 primeros periódicos en papel, y otra es la excepción al frente de uno de los 20 digitales más leídos. Estos datos están algo por debajo de las cifras globales de directivas en la Eurozona (un 24%) y en España (26%).
Las razones para que el acceso a los puestos directivos de las periodistas siga siendo complicado son muchas, pero una de las principales es la falta de conciliación entre la vida familiar y laboral, por la que siempre ha abogado la FAPE fomentando medidas como la flexibilidad horaria de los profesionales de la información.
En el sector de la Comunicación, las mujeres son mayoría en el tramo salarial que va desde menos de 600 hasta 2.000 euros, y el porcentaje de hombres con contrato indefinido supera en 12 puntos al de sus compañeras. Además, el número de mujeres periodistas en paro (5.029) es sensiblemente mayor que el de varones (2.861), aunque es cierto que en el pasado año el desempleo ha descendido más entre ellas, según datos del Informe de la Profesión Periodística 2016, elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). Estos datos no sorprenden si se tiene en cuenta el último informe elaborado por UGT, que señala que la diferencia salarial entre mujeres y hombres en España se sitúa en el 23,25%, porcentaje que ha aumentado entre 2010 y 2014, o que la última Encuesta de Estructura Salarial marca diferencias importantes entre el salario bruto medio anual de los hombres (25.727 euros) y de las mujeres (19.744 euros).
La FAPE, de la que forman parte 6.953 hombres y 6.418 mujeres, seguirá trabajando para alcanzar una de sus metas principales, que no es otra que lograr que la igualdad en el ejercicio de la profesión y en el acceso a los puestos directivos en los medios y gabinetes de Comunicación sea una realidad. Además, la Federación recuerda que los periodistas deben comprometerse en la tarea de hacer visibles a las mujeres y en la lucha contra la violencia de género.
La FAPE también se suma a la campaña preparada por la Federación Internacional de Periodistas (FIP), a la que está adscrita y en cuyo Consejo de Género está representada por Mª Ángeles Samperio, que forma parte del Comité Director.
La FIP sigue el lema de la ONU para el Día Internacional de la Mujer: “La mujer en el cambiante mundo del trabajo: Por un planeta 50-50 en 2030” y reclama en esta fecha reivindicativa:
-Un acceso equitativo a los puestos de responsabilidad en las redacciones para mujeres y hombres.
-El fin de la desigualdad salarial en el periodismo.
-El mismo tratamiento para todos los trabajadores, sin importar su género.
-El desarrollo de las políticas de igualdad de género en las redacciones y su implementación.
-Una representación de género justa en los contenidos informativos.
Desde la FIP, Mindy Ran, co-presidenta de su Consejo de Género, ha hecho unas declaraciones en el marco del 8 de marzo, asegurando que “para las mujeres periodistas, el aumento de la misoginia ‘aceptable’ -como lo demuestra la reciente pérdida de legislación contra la violencia doméstica en varios países – está chocando con las crecientes amenazas a la libertad de prensa. Como ha demostrado la historia, este tipo de amenazas a la prensa generalmente suponen aumento de la violencia. Y, al igual que con otras formas de violencia, las periodistas cada vez más se encuentran en el punto de mira”.