Todavía vigente la polémica caída en bloque del Movistar camino de la ascensión final a Valdezcaray, hoy se llega a Jaca, a los pies de los Pirineos oscenses. El desenlace de esta sexta etapa promete ser vibrante, previo paso por la cima del alto de Oroel, de tercera, a poco más de dieciséis kilómetros del arco de meta. Completado el descenso, se inicia la ascensión final de meta, casi cuatro kilómetros al 5,4 por ciento de desnivel medio. Claro que, si ahondamos en su altimetría, observamos que es mucho más exigente que sobre el papel.
No es tan larga como Arrate, pero puede depararnos una situación de carrera similar. Los ánimos están muy caldeados, las fuerzas siguen prácticamente intactas y unas enormes ganas por borrar rivales. Todo ello si logran coger a tiempo a los fugados, bajo la circunstancia de un terreno complicado.
Con la salida inédita de Tarazona (Zaragoza) se han de completar 175 kilómetros antes de llegar as la meta de Jaca. En ocho ocasiones la Vuelta a España paró a la ciudad oscense, aunque hacía catorce años que se ausentaba. El último ganador fue el italiano Bugno, y Abraham Olano vistió de líder de la Vuelta de 1998. La proximidad de los Pirineos siempre es propicio para el espectáculo, y habrá que estar muy atentos a todo lo que pueda suceder en una etapa que puede traer muchas sorpresas.