Alejandro Valverde y Nairo Quintana inspecciona las etapas pirenáicas de mayor exigencia durante el próximo Tour de France, cita cumbre de la temporada para el Movistar Team, y en la que tanto el murciano como el colombiano compartirán galones.
Bajo la supervisión de José Luis Arrieta, Valverde y Quintana entrenaron sobre el trazado de la octava y novena etapa, que se corresponden con los días 6 y 7 de julio con meta en Ax 3 Domaines y en Bagnères de Bigorre, respectivamente.
La primera será el primer contacto serio con la alta montaña en la carrera gala, con un muy exigente final de ocho kilómetros al 8% añadido a la ascensión justo antes a los últimos quince kilómetros hasta la cima de dos mil metros de Pailhères, además de los tres primeros altos de la jornada dominical.
Valverde y Quintana efectuaron el resto de la novena etapa de 165 kilómetros entre Saint Girons y Bagnères de Bigorre, aunque sin final en alto, pero con cinco puertos de entidad a lo largo del trazado: Portet d’Aspet, Menté, Peyresourde, Val Louron-Azet y La Hourquette d’Ancizan; éste último a treinta kilómetros del final.
De regreso a Pamplona, se completó con la inspección de la subida a Formigal, donde concluirá la décimo sexta jornada de la próxima Vuelta Ciclista a España.
Tanto Quintana como Valverde permanecerán ahora en tierras navarras para realizar junto al resto del Movistar Team los entrenamientos específicos contra el cronómetro en el Circuito de Velocidad de Los Arcos durante los días 28 y 29. Ambos reaparecerán en las clásicas G.P. Miguel Indurain (sábado), en el caso de Valverde; y Vuelta a La Rioja (domingo), en el de Quintana.
En declaraciones remitidas por el Movistar Team, Alejandro Valverde hacia la siguiente valoración: “Son muchos puertos y muchos kilómetros de coche en dos días, pero la verdad es que ha merecido la pena. Aunque hemos pasado muchas veces por los Pirineos, había puertos como los dos del primer día y Val Louron o la Hourquette en el segundo, que no conocía. Me ha venido muy bien para saber qué nos vamos a encontrar en julio. Aunque había bastante nieve, hemos podido hacer prácticamente todas las subidas. Cualquiera de las dos etapas puede ser decisiva porque son bastante duras. En la primera todo está comprimido al final, pero el terreno antes de Pailhères ya es complicado y se va a llegar muy estirado. Los dos puertos son de entidad, pero Pailhères me ha parecido durísimo, la verdad. Será la primera etapa de montaña del Tour y eso la hace mas peligrosa todavía. El segundo día la etapa no es muy larga, pero es que no hay un metro de descanso. Va a ser rápida y nerviosa seguro. Como tengas un mal día… De la caída de Catalunya ya estoy recuperado y las sensaciones estan siendo buenas. Ahora correré Estella, Rioja y Amorebieta antes de las clásicas”.