Fue durante el Tour de France de 2008, cuando durante una incursión en territorio italiano, el entonces Caisse d’Epargne fue sometido por el Comité Olímpico Italiano a un control sanguíneo anti-dopaje. La muestra extraída a Alejandro Valverde fue utilizada por el CONI para, mediante un concienzudo proceso judicial, supuestamente cotejar con otra muestra ‘robada’ a la Justicia española del supuesto arcón frigorífico donde se depositaba las bolsas de sangre de supuestos acusados en la Operación Puerto.
El Comité Olímpico Italiano inició una acusación formal contra el ciclista español apoyado en su cómplice instigador a la sombra, la Unión Ciclista Internacional, hasta lograr que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) dictara a una suspensión completa desde el 1 de enero de 2010 hasta el 1 de enero de 2012 carente de pruebas demostrables, como admitió el propio estamento.
Nunca ganó Alejandro Valverde en Italia, por lo que, todavía se engrandecía más si cabe la incógnita sobre qué perseguía un órgano al que no compete un deportista español como en éste caso.
Ahora, después de que su ‘verdugo’, Patt McQuaid, presidente de la Unión Ciclista Internacional, le impusiera la medalla de bronce el pasado domingo en el Mundial de Limburgo, regresa a Italia para disputar el próximo sábado la clásica de Las Hojas Muertas, el Giro de Lombardía, donde coincidirá con otro castigado por la UCI, Alberto Contador.
La última comparecencia competitiva de Valverde en Italia fue en el Campeonato del Mundo de Varese, en 2008, cuando acabó sexto. De dos años antes datan su participaciones en la Milán-San Remo y el Giro Piemonte, que se disputa mañana jueves con el concurso del Movistar, pero sin Valverde.