Jornada de teórica transición, aunque con una jugosa ración montañosa en la Vuelta a Romandía, a expensas del decisivo trazado de mañana sábado, sobre todo, por los altos montañosos de primera categoría estratégicamente ubicados en su recta final.
El caso es que, encontrando a Luís León Sánchez sexto clasificado en la general provisional antes de la salida de hoy, a once segundos Bradley Wiggins, lo que era de esperar es verle en acción mañana, sobre todo siendo tercero y a nueve segundos Bauke Mollema, el teórico jefe de filas del Rabobank.
Sin embargo, algo se cocinaba hoy en la trastienda del Rabobank que, con la proximidad de la meta en Charmey, la escuadra holandesa imprimía un fortísimo ritmo de férreo control al pelotón principal con la sola idea de que Luís León Sánchez hiciera gala de ese portentoso pedalear que le distingue dentro del último kilómetro, sobre todo, si es en ligera ascensión.
Y así sucedió, porque el murciano de Mula se lanzaba a tumba abierta, como si de un velocista se tratara, y aunque por milímetros, en un concurrido y apretado esprint, Luís León Sánchez se imponía a Gianni Meersman (Lotto), que trató de superarle sin acierto pegado a las vallas del margen derecho, y a Paolo Tiralongo (Astana), con el mismo tiempo. El de Mula completaba los casi 158 kilómetros de sinuoso trazado de la tercera etapa de hoy en casi cuatro horas. Aunque no queda ahí todo, puesto que Luís León Sánchez logra dar un salto importante en la general provisional al auparse hasta el segundo puesto, a tan solo un segundo del británico Wiggins.
Por otra parte, hoy hubo fuga, como casi siempre, pero en el pelotón anduvieron con la calculadora en la mano para no darles una ventaja tal que se tornara en insalvable a falta de una veintena de kilómetros a meta. Brammeier (Omega), Smukulis (Katusha), Howard (GreenEdge), Van der Sande (Lotto-Belisol) y Lund (Saxo Bank) fueron los jornaleros de gloria.