¿Quién es la USADA? ¿Por qué otra vez más un órgano no directamente competente interfiere en el ciclismo? ¿Por qué no actúa directamente la UCI? ¿Por qué ahora?… Demasiadas preguntas, que no solo atañen al efervescente caso de supuesto dopaje de Lance Armstrong y aquel mítico pero extinto equipo US Postal. Otra vez más, el dedo acusador se dirige hacia un deportista supuestamente extraordinario que dominó a placer durante siete ediciones del Tour de France pero al que jamás se le halló producto prohibido alguno. Y eso que, por entonces, en su última etapa, la de su regreso, la EPO ya era detectable.
La Agencia Estadounidense Anti-dopaje es la que ha enarbolado la bandera de esta última lucha mortal contra uno de los pilares de la historia más reciente del todopoderoso y ejemplar deporte norteamericano, y de confirmarse las declaraciones que parecen avalar las sospechas de dopaje de la USADA, puede hacer tambalear los cimientos. Porque antes cayeron otros supuestos extraordinarios deportistas estadounidense, sobre todo, atletas. Sin embargo, resulta curioso que el mayor espectáculo deportivo de Estados Unidos, la NBA siga siendo territorio inexpugnable.
Antes que la USADA, ya intentaron arrebatar a Armstrong sus siete victorias totales en la carrera santuario del circuito internacional profesional, pero jamás nadie había ido tan lejos como lo hizo la USADA. Muy pocos podían imaginar que hasta sus más próximos gregarios y amigos se atrevieran a relatar con pelos y señales una supuesta red de dopaje orquestada desde el seno del propio cuadro técnico y médico de aquel US Postal con el supuesto permiso de Lance Armstrong.
Dichos relatos confesos son demoledores, pues delatan una época convulsa en el ciclismo, en la que el dopaje era la única manera de hacerte notar. De haber sido así, está claro que los controles no eran todo lo eficientes de hoy día, aunque siempre fue un hecho irrebatible que la industria química y farmacéutica va por delante de los últimos avances en la detección de sustancias prohibidas. Y el caso es que, la Unión Ciclista Internacional siempre se enorgulleció de su tremendo compromiso con la lucha anti-dopaje, para la que recibe desde diversos frentes, incluidos los equipos UCI World Tour y UCI Pro-continental jugosas cuantías económicas, pues las analíticas son muy caras, incluso hoy día.
Aún así, sostengo que el ciclismo, junto con el atletismo, mantienen una estrecha vigilancia al uso de sustancias prohibidas, como atestiguan los miles de controles incluso sorpresa, y no solo de orina sino también de sangre a que someten a los ciclistas. Sin embargo, hay quien me apuntaba en los inicios de esta acusación hacia Armstrong desde la USADA que la principal razón de ser partía de su participación en el circuito norteamericano de triatlón, donde sus resultados volvían a destacarle. Había quienes no querían a Armstrong ahí, de modo que, presionaron a través de contactos con la USADA para que ésta actuara de manera definitiva contra el ganador de siete Tour de France.
La UCI, como quien lanza la piedra y esconde la mano, deja la patata caliente en el tejado de ASO y el Tour de France, para que ahora su director general sugiera dejar en blanco el letrero de ganador de siete ediciones de la carrera gala. Otro golpe bajo más que se apunta a su favor la Unión Ciclista Internacional en esa lucha de poder que mantiene con ASO, organizadora del Tour de France y de otras carreras importantes.