Silencio. Silencio. Y más silencio. Nada, o casi nada se sabe de la reclusión a que tiene la gerencia de la escuadra holandesa Blanco (ex Rabobank) a quien fuera su honor y salvación durante las dos aciagas últimas campañas, Luis León Sánchez.
Si un relevo claro para el patrocinio de Rabobank, todavía entre bambalinas, en el Blanco consideran que el murciano de Mula hiere y mancha su honor, y, mediante una vía tan inoportuna como Twitter, anunciaba que incoaba expediente de investigación sobre un teórica vinculación con la maldita Operación Puerto a su ciclista Luis León Sánchez.
En plena instrucción judicial, y en fase de testimonios, ocurre que se desmorona el motivo de sanción del Blanco a Luís León Sánchez cuando ni reza en el informe policial del caso, ni está imputado, ni si quiera está citado a testificar. Se entiende así, que no está probado el empeño mediático de vinculación con el afamado Doctor Eufeniano Fuentes, por lo que, sin ser jurista, debiera quedar en libertad de su ejercicio profesional, ya sea desde las filas del propio Blanco, o desde cualquier otra escuadra del pelotón.
Pero, claro está que, iniciada la temporada, es complicado hallar hueco para Luis León Sánchez en un pelotón que se ajusta el cinturón hasta un punto inimaginable. Tampoco es que el entorno consejero del ciclisya murciano crea adecuado o conveniente finiquitar su jugoso contrato hasta 2016, con lo que pudiera deducirse que acepta los cargos y busca una honrosa salida pactada.
Pero mientras tanto, el inexorable paso del tiempo oxida, quizás a pasos acelerados, su imagen pública y profesional, a la vez que pueda minar su mente y piernas. Si bien, patente queda la posibilidad de acudir a los juzgados, y resolver este entuerto lo antes posible. Y de ser así, se me antoja que la gerencia del Blanco saldría muy tocada, máxime cuando Dekker y Rassmusen hablaron de practicas dopantes en grupo, incluso desde mucho antes de que llegara ‘Luisle’ al entonces Rabobank.
Esto último parece que ni les ocupa ni preocupa, considerando así que el sacrificio a que someten a Luis León Sánchez sea suficiente. Pues, no; no es así. El de Mula no registra apercibimiento alguno por parte de quien ejercen el control sobre el posible uso de sustancias prohibidas, por lo que, insisto, apoyarse en habladurías y supuestas filtraciones de la instrucción del caso a modo de primicia inculpadora no vale si no son reconocidas y admitidas por la Guarda Civil.
Este asunto tiene mala pinta, muy mala. La tozudez de quienes se empeñan en señalar con su dedo acusador a los ciclistas españoles puede acabar con los nuestros de no poner empeño firme e inmediato en remediarlo o atajarlo. Y eso corresponde a nuestros mandatarios políticos, al poder mediático y a la Real Federación Española de Ciclismo.