El Obispado ha trasladado sus restos mortales a la catedral de Murcia donde descansarán hasta su beatificación
El Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia ha querido honrar a Francisco Martínez García, quien fuera el presidente de la Asociación de la Prensa entre los años 1929 a 1931 y cuyos restos descansarán a partir de hoy en la Catedral de Murcia hasta su beatificación.
El decano del Colegio de Periodistas de la Región de Murcia, junto con otros miembros que componen la Junta Directiva, ha estado presente hoy en la ceremonia de inhumación de los restos mortales de Francisco Martínez García y ha depositado un ramo de flores en su tumba. La eucaristía ha sido presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes.
Desde 2007, la causa de beatificación por martirio de Francisco Martínez se encuentra abierta en la Diócesis de Cartagena, junto con la de 55 mártires más, víctimas de la persecución religiosa de 1936.
Francisco Martínez García fue el primer presidente de la Asociación de la Prensa de Murcia tras su refundación en 1929. En aquella primera reunión, tal y como recoge la prensa de entonces, Martínez García fue nombrado presidente por aclamación de la totalidad de los asociados.
La Verdad del 31 de enero de 1929 publicaba la noticia de la refundación titulándola: “De Reperiodística, Constitución de la Asociación de la Prensa de Murcia” artículo del que se extrae este párrafo: “Los periodistas murcianos están de enhorabuena y muy pronto comenzarán a cosechar los frutos de esta unión profesional, basada en los principios aceptados y reconocidos del más leal y sincero compañerismo que hace compatible el respeto personal con la ostentación y defensa de las más opuestas ideologías”.
Francisco Martínez García fue letrado del Ilustre Colegio de Abogados de Murcia, letrado del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Cartagena, catedrático de Filosofía del Instituto de Enseñanza Secundaria “Alfonso X El Sabio” de Murcia, director del periódico La Verdad de Murcia, concejal del Ayuntamiento de Murcia y alcalde del mismo.
Con 47 años, el 5 de agosto de 1936 fue ejecutado junto con otros prisioneros en la iglesia de Tribaldos (Cuenca) donde residía.