La FAPE exige una mejora de las condiciones de los reporteros freelances
. La Federación llama la atención sobre los frecuentes impagos y demoras que padecen los colaboradores de los medios
. La primera organización profesional de periodistas de España denuncia un descenso en picado de las tarifas y advierte de la publicación de trabajos servidos gratuitamente por sus autores
. La FAPE pone el foco en las particulares circunstancias de los reporteros freelances que viajan a zonas de conflicto desprovistos de las más elementales medidas de seguridad
MADRID, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2010.- La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) exige una mejora de las condiciones de los reporteros freelance, gráficos y periodistas, que padecen una precariedad insostenible agudizada a lo largo de estos dos últimos años y de los frecuentes impagos y demoras a los que los someten muchos de los medios de comunicación con los que colaboran.
La FAPE advierte de que el periodismo de calidad tiene un coste. La caída de las tarifas periodísticas y la inexistencia de regulación laboral amenazan el producto informativo, debilitándolo. Los últimos datos conocidos informan de que el 42% de los periodistas que trabajan en prensa diaria son contratados como colaboradores. Como primera organización profesional de periodistas de España, esta Federación quiere subrayar que la precariedad es uno de los mayores enemigos de nuestra independencia y los periodistas que ejercen como colaboradores, uno de los colectivos más vulnerables.
La falta de una regulación específica provoca situaciones fantasma entre los colaboradores. Los medios de comunicación son reacios a acordar un contrato de compraventa de servicios, de manera que muchos de estos profesionales solo cuentan con su firma para acreditar la venta del producto informativo.
La FAPE ha constatado además un descenso en picado de las tarifas, además de retrasos y la falta de abono de las colaboraciones. Los medios han adoptado la práctica de pagar a 90 días tras la publicación o difusión. En ciertos casos, el ingreso se realiza al cabo de seis o siete meses.
La FAPE insta a los editores de los medios de comunicación a valorar el trabajo de los profesionales freelances sin discriminación alguna, económica o profesional, respecto de los profesionales estructurales de plantilla.
Esta Federación propone la adopción de un baremo de tarifas mínimas que dignifiquen las condiciones profesionales de este colectivo, cuyo número va en aumento fomentado por la actual tendencia de los medios a reducir plantilla y adquirir mayor número de contenidos a la pieza.
Con todo, el diario El País decidió la pasada semana prescindir del 50% de los contenidos servidos por sus colaboradores eventuales o no fijos, con el perjuicio que eso supone para la pluralidad informativa.
Freelances en zonas de conflicto armado
Los colaboradores proporcionan la mayor parte de la información internacional que consumen los medios, inmersos en una política de recortes de gastos y supresión de corresponsalías en el extranjero.
Gran parte de los freelances que cubren guerras y catástrofes naturales avanzan el dinero para el viaje a países remotos y los gastos de alojamiento y comida salen de su propio bolsillo. Los bajos ingresos que perciben les impiden dotarse de un seguro médico y de repatriación para ser atendidos en caso de accidente y carecen de recursos para adquirir el equipo de seguridad (chaleco antibalas y casco) homologado por los organismos internacionales para la función específica de los periodistas.
La FAPE apela a la responsabilidad de las empresas editoras para valorar en su justa medida el trabajo y el riesgo que corre un freelance en zona de conflicto y mejorar en lo posible sus precarias condiciones laborales, así como a rechazar los trabajos gratuitos que ofrecen algunos colaboradores, puesto que solo promueven la competitividad insana en circunstancias de elevada inseguridad en detrimento de la profundidad y el análisis.
Los colaboradores de los medios de comunicación desempeñan una función esencial para la construcción de una opinión pública libre y plural, proporcionando información que las empresas editoras no siempre están dispuestas a cubrir. Nuestro deber como ciudadanos y periodistas es reivindicar una mejora de las condiciones laborales de estos profesionales que les permita continuar brindándonos información de calidad.