Ante la aplicación de leyes restrictivas, las asociaciones de la prensa españolas se comprometen a denunciar públicamente los casos en que se vulneren la libertad de expresión, los derechos de informar y los derechos del informador y a solicitar a los profesionales de la información que no acudan a las ruedas de prensa sin preguntas
A propuesta de la Asociación de la Prensa de Sevilla, la Asamblea General de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha aprobado una resolución por la que se rechaza en los medios públicos estatales, autonómicos y municipales la “ausencia de pluralidad, la manipulación, la censura, el férreo control político de los informativos, la difusión de noticias de propaganda, y el ocultamiento de aquellas noticias que no interesan a los partidos en el poder”. En la misma propuesta, la Federación alerta de que el control partidista de estos medios conlleva la pérdida de credibilidad y conduce al cierre, considera inaceptable su desmantelamiento y privatización e insta a sus responsables a que cumplan su función de servicio público.
También ha partido de Sevilla la resolución aprobada para denunciar ante la sociedad los “posibles casos en los que se vulnere la libertad de expresión, los derechos de informar y los derechos del informador”. Además, a propuesta de la Asociación de la Prensa de Badajoz, la FAPE pedirá el compromiso de la profesión para no acudir a las ruedas de prensa sin preguntas, tratará de que no tributen IVA las colaboraciones en Radio y Televisión y pedirá que el Gobierno arbitre fórmulas para incentivar fiscalmente y rebaje las cotizaciones a la Seguridad Social de los contratos a periodistas mujeres mientras el paro femenino no iguale al masculino en esta profesión. También se ha aprobado una resolución, presentada por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), para consolidar el papel de la Federación y su peso, a nivel estatal, como representante y defensora de la profesión periodística.
Posteriormente, en Asamblea Extraordinaria y como único punto del orden del día, se decidió limitar el tiempo de mandato presidencial de la FAPE a un máximo de ocho años, tal y como plantearon, conjuntamente, las asociaciones de la prensa de Madrid y Sevilla y la Unió de Periodistes Valencians.
En el transcurso de la Asamblea General, en cuya inauguración han participado el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, y el presidente de la Asociación de la Prensa de A Coruña, Manuel González, la presidenta de la FAPE, Elsa González, ha presentado su balance de los últimos doce meses, con la situación laboral por la que atraviesa el sector como punto de partida y destacando que, por primera vez desde el inicio de la crisis, se ha detenido la pérdida de empleo, como apunta el Informe Anual de la Profesión elaborado por la APM. No obstante, se siguen registrando despidos y los contratos destacan por su precariedad.
Pese a todo, la presidenta de la FAPE ve motivos para el optimismo en esta nueva era digital que se va consolidando y a la que también se ha sumado la FAPE, que ha incrementado palpablemente en el último año su presencia en las redes sociales e impulsado la difusión de la revista Periodistas a través de Internet, aún sin abandonar su edición en papel.
El recordatorio para los periodistas que han dado su vida por este oficio, ya sea en la redacción de Charlie Hebdo, decapitados por los yihadistas o a manos de sicarios en diversos países de Latinoamérica, ha estado presente en varios momentos de la exposición del informe, en un año que Elsa González ha calificado como “particularmente violento” y en el que “la FAPE ha estado en primera línea de solidaridad”, como referente de su presencia internacional, en la que destacó la firma del convenio con la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC).
En el último año, la actual Junta Directiva ha promovido la presencia de la FAPE en foros profesionales e instituciones públicas, ha ofrecido una imagen de referencia de la profesión, ha denunciado abusos contra la libertad de información y la precariedad laboral y ha velado por el cumplimiento de la ética y la independencia profesional, función en la que resulta básico el trabajo de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo.
La creación de la Cátedra Manu Leguineche, la defensa de los medios públicos, los corresponsales en el extranjero frente a las presiones que reciben y el trabajo de los freelances, de los becarios, la prensa local o la igualdad salarial y de oportunidades profesionales para las mujeres periodistas, son otros de sus logros.