La Unión Ciclista Internacional ha dado un paso más en su férrea vigilancia a Alejandro Valverde. Existe una fijación particular sobre el ciclista murciano por parte del máximo estamento federativo, y eso pudo constatarse una vez más con su implicación directa en la anulación del acto público de presentación de Valverde como fichaje estrella del Movistar. La UCI aplicó ayer el artículo 320 de su reglamento, por el que se impide que un corredor sancionado participe o pueda aparecer en cualquier acto organizado por un equipo, organizador o federación adscrita. En el caso de que se hubiera incurrido en el incumplimiento del reglamento, Valverde se expondría a una suspensión de dos años y el equipo Movistar a una multa de 10.000 francos suizos, además de descalificación automática de la UCI.
A la UCI ya había molestado que Alejandro Valverde se dejase ver tomando parte en varias pruebas ciclísticas de carácter cicloturista y ciclodeportista durante este tiempo de sanción, como hizo saber en su momento y ahora constata con esta postura intransigente. Sin embargo se hizo vista gorda con Ivan Basso, ahora jefe de filas del Liquigas. El corredor transalpino fue presentado en 2008 seis días antes de que expirar su sanción. Y no pasó absolutamente nada.
Desde el Movistar no van a entrar en disputas verbales, porque, aunque asumen la decisión de la UCI, ya ha dejado escrita constancia de que no la comparten ni la entienden.
También pudiera ausentarse Alejandro Valverde de la primera cita del Movistar a finales de noviembre en Gorraiz. Todo hace pensar ya que hasta el día uno de enero cualquier actuación con Alejandro Valverde no sea permitido por la UCI. Aún así, Valverde podría debutar en competición oficial en el Tour Down Under, del 15 al 21 de enero en Australia.