El final en la Estación Invernal de Sierra Nevada ha servido para clarificar quiénes puede optar a estar en la lucha por subir podio de la Castellana en Madrid. Así era de esperar, y así ha sido. Se han registrado bajas casi definitivas, pero hay otros candidatos que, a pesar de haber cedido terreno, no deben ser considerados como descartes, caso de Igor Antón. Sin duda que hay quienes ya pusieron el pie a tierra, porque las soporíferas temperaturas y la muy abrupta orografía no da lugar a tregua alguna, sobre todo cuando topas con dos altos de primera categoría en la cuarta jornada. Pero es que, todavía hay lugar a más, porque en Córdoba aguarda otro paso montañoso exigente, y antes de acabar este primer tercio del recorrido hay dos finales seguidos en alto, en San Lorenzo del Escorial y en La Covatilla (Béjar-Salamanca). De modo que, pudiera entrar en la lógica que el velocista británico Mark Cavendish haya abandonado cuando te equivocas con venir a esta Vuelta a España tan montañosa a preparar el Mundial.
Hubo fuga de salida, como era de esperar, con De Kort (Skil-Shimano), Toribio (Andalucía-Caja Granada), Bonnafond (AG2R), Busche (RadioShack), Bagot (Cofidis), Rohregger (Leopard) y Vorganov (Katusha). Se les dejó hacer porque todavía restaba mucho camino por recorrer hasta Sierra Nevada, de modo que llegaron a auparse por encima de los ocho minutos de renta. Pero fue entonces cuando el Movistar del líder Pablo Lastras decidía poner techo a la misma, y a partir de haber superado el alto de Filabres, la ventaja se estabiliza y empieza a bajar. Y eso que por delante existe pleno entendimiento, y hay fuerzas. Pero resultaba evidente que un final como el de hoy en Sierra Nevada no iba a ser presa fácil.
Primero fueron los Rabobank de Luís León Sánchez, y más tarde los Katusha del ganador de la etapa, Dani Moreno, y los Liquigas del último vencedor de la Vuelta a España, Vicenzo Nibali. También asomaron por delante los Vacansoleil, e incluso los Sky. Todos estos movimientos condujeron a dar caza a los fugados. A partir de ahí, y ya metidos de lleno en el último tercio de la larga ascensión a Sierra Nevada, con meta en Prado Llano, surgen los ataques de los primeros espada. El que parecía ser más contundente fue el de Nibali. Pero acabaron por ser Dani Moreno y Chris Sorensen quienes se disputaran el triunfo de etapa, con resultado favorable para el español.
A once segundos llegó un grupo de menos de treintena de corredores, entre los que destacamos la presencia del muleño Luís León Sánchez, que se posiciona así como uno de los valores en alza en la puja en la general provisional, ahora a 1:19 en el puesto 18. El hecho de que esté siendo una carrera por eliminación favorece a Luís León Sánchez, que sin ser un escalador, es preferible para él que se ascienda a ritmo sostenido, y no a modo de bruscos cambios. Habrá que esperar a ver cómo se desenvuelve en las etapas octava y novena, con metas en San Lorenzo del Escorial y en La Covatilla.