El nórdico Wouter Poels y el británico Jonathan Tiernan-Locke se posicionan como candidatos al triunfo final ante la cronometrada de mañana en Murcia.
Cuantioso público respondió con su presencia en la salida de esta etapa inaugural de la Vuelta Ciclista a Murcia de 2012 en el Balneario de Archena. La participación de estelares figuras del pedal como el campeón olímpico en Pekín, Samuel Sánchez, el vigente vencedor de la Vuelta a España, Juan José Cobo, o el brillante escalador holandés Robert Gesink eran motivos más que sobrados. Pero, como suele suceder en la Vuelta a Murcia, entre cualquiera del resto de participantes podría hallarse a quien deslumbrara camino de la meta en el Centro de Interpretación de la Naturaleza del Parque Nacional de Sierra España tras haber coronado el coloso Collado Bermejo.
Quizás pudo estar entre los nueve valientes que osaron adentrarse en una longeva fuga de casi 168 kilómetros. Otros tantos trataron de subirse a ese desbocado tren de fugados, como fue el caso del ‘biker’, Sergio Mantecón, aquí enrolado en las filas de la Selección española, y de Hupond, Lechuga y Zuazubiskar.
Finalmente, Yukihiro Doi (Project 1T4I), Cesare Benedetti (Team Netapp), Eugeny Shalunov (Lokosphinx), Tomazs Marczynski (Vacansoleil), Julián Sánchez (Caja Rural), Alejandro Marque (Carmin), Zakkari Dempster (Endura), Pedro Merino (Gios) y Manuel Antón (Burgos-BH) pedalearon bajo un clima de perfecto entendimiento hasta lograr alcanzar una renta máxima de cuatro minutos y medio a la entrada a Pliego.
La rápida crecida de las diferencias puso en constante alerta a un pelotón que, sin apresuras, mantuvo un avivado ritmo para no dejar ir más allá a los de delante. De echo, ya en plena ascensión al Alto de Pliego se había rebajado la ventaja en quince segundos. Por su cima, Tomasz Marczynski coronaba por delante de sus compañeros de fuga, seguido de Julián Sánchez y Yukihiro Doi.
Después de haber completado el tendido descenso hasta arribar a Alhama por el paso de Gebas, la ventaja de los fugados caía hasta los tres minutos y treinta y dos segundos. Bajo la pancarta de la Meta Volante de Alhama cruzan destacados Alejandro Marque, Tomasz Marczynski y Manuel Antón.
El paso de tantos kilómetros en fuga expuestos a la molesta presencia del viento y a un terreno quebrado que sin excesiva dificultades iba minando las fuerzas estos jornaleros de la gloria hacen aflorar las primeras señales de dudas entre los nueve. Conscientes de que todavía restaba algo más de una centena de kilómetros y que las diferencias seguía bailando entre 2:30 y 3:30 les obliga a emplearse más de lleno en mantener viva la fuga.
Pasado Alhama, los fugados y el pelotón rinden tributo con su paso por Lorca; la ciudad que fue asolada por un fuerte seísmo hace unos meses. Allí se disputó la otra Meta Volante de la jornada, que a su vez decidiría el Trofeo Mariano Rojas. Alejandro Marque fue el más veloz. Cesare Benedetti y Manuel Antón le secundaron. Marque se ganaba el derecho a ejercer de líder de las Metas Volante y a recoger el Trofeo Mariano Rojas.
Había que reponer fuerzas en el avituallamiento camino del Alto de La Atalaya; una desconocida ascensión muy bonita y exigente. Arriba las diferencias volvían a subir a los cuatro minutos, a la vez que se conocía que se completaban las tres primeras horas de carreras a una media de 39,3 kilómetros por hora. Todo pudiera ser debido a que en el seno del pelotón hubo un par de sustos por caída. Resultado de la misma abandonan Rick Flens (Rabobank) e Ivan Kovalev (Rusvelo).
Camino del Alto de Aledo, en las faldas de Sierra Espuña, ya la ventaja de los nueve fugados pierde fuelle. Por detrás aceleran a ritmo de caza los equipos de los primeros espada, entre los que están Rabobank, Movistar y Euskaltel. Entre ellos estaría la disputa del triunfo de etapa, aunque quizás no contaran con que Wouter Poels (Vacansoleil) y Jonathan Tiernan-Locke (Endura) iba a ser invitados de honor. Tanto el nórdico del Vacansoleil como el británico del Endura se erigirían en protagonistas del final de etapa. De echo, una vez anulada la fuga -es decir, lo que quedaba de la misma- en el hito kilométrico 172, una vez superado el Alto de Aledo, por donde pasaron destacados Tomasz Marczynski, Julián Sánchez y Pedro Merino, fue Stef Clement quien aproximó al pelotón principal a los citados todavía fugados.
A partir de ahí, y ya metidos de lleno en la ascensión al Collado Bermejo, Tiernan, Quintana, Poels, Hoogerland, Pardilla, Castroviejo, Valls, Palomares, Gesink, Samuel Sánchez y Kelderman se enzarzaban en un espectacular batalla por hacerse con las riendas. Pero poco había que hacer ante la insultante facilidad en el pedalear del menudo escalador colombiano del Movistar, Nairo Quintana. Él lograría completar los últimos cinco kilómetros de ascensión al Collado Bermejo-Cima Marco Pantani en solitario, y emprender un vertiginoso descenso hasta la meta una vez rebasado el Alto de Espuña.