JJ Rojas: “Estoy aquí para ayudar a Valverde, aunque sin renunciar a opciones como hoy”
Puede que no sea un velocista de la pureza de Tom Boonen (Omega-Quick Step), pero estar tarde, en el agónico desenlace al esprint de la primera jornada en ruta de la Paris-Nice, en Orleans, José Joaquín Rojas (Movistar) a punto estuvo de rebasarle. Y todo ello con el sobreesfuerzo a que le obligó tener que rebasar a varios oponentes de la talla de Gavazzi (Astana), Vicioso (Katusha) o Monfort (RadioShack), por no citar a Degenkolb (Project 1T4I) y Vanmarcke (Garmin), quizás desconocidos para el público en general, y obviando la presencia y el concurso del resto de fugados, Chavanel, Leipheimer, Maes (Omega Pharma-Quick Step), Van Garderen, Phinney (BMC), Wiggins, Thomas (Sky), Ravard (AG2R), Kiserlovski (Astana), Westra (Vacansoleil), Jeannesson (FDJ-BigMat), Klier (Garmin-Barracuda), Spilak (Katusha), Degenkolb (Project 1t4i). Porque era presumible que su compañero de filas, Alejandro Valverde quedaría en retaguardia.
El fuerte viento y la lógica arma arrojadiza de los abanicos hacía añicos el pelotón principal del líder Gustav Larsson. Entre los veintiún fugados destacaba la presencia de los murcianos José Joaquín Rojas y Alejandro Valverde, sin embargo la mayoría numérica correspondía al Omega Pharma-Quick Step, que entendía que debía asumir el peso de la fuga. Eso sucedía a unos sesenta kilómetros de la meta, y bajo unas desapacibles condiciones climatológicas, que imponían además el aspecto determinante del piso mojado. Aún así reinó el perfecto entendimiento, y solo surgieron algunas discrepancias durante los últimos kilómetros, como era de esperar. El que más inquietó fue Chavanel, que es un fuero rival especialista en este tipo de desenlaces. Pero al igual que a otros fugados, fueron frustrados sus intentos, sin que las diferencias respecto al pelotón principal perseguidor se vieran alteradas, siempre entorno a los dos minutos y quince segundos.
Las continuas rotondas y giros obligaba a extremar la precaución en la conducción, y es estrés contenido minaba sobremanera las fuerzas de los candidatos al triunfo como pudo observarse visiblemente en la disputa del triunfo. A Boonen se le observaba muy en forma para pelear en la llegada, de modo que se erigía en punto de referencia para el ciezano Rojas Gil, que le seguía muy de cerca. Pero el complicado trazado final le hacía perder algunas posiciones cuando de encarar el arco de meta se trató. Haciendo gala de su habitual arrojo y atrevimiento, Rojas se abrió hueco por donde no había, y buscó ciegamente la línea de meta, por donde cruzaba unos centímetros por delante Tom Boonen. Inapelable el triunfo del belga. Fantástico el segundo puesto de Rojas.
Interesante la remontada de puestos tanto suya como de Valverde, que noveno, se sitúan ahora noveno y décimo respectivamente. Puede, entonces, y de cara a sus aspiraciones en la general, que la disputa de los pasos intermedios bonificables sean una atractiva aspiración.
Mañana, el primer final complicado de la ronda gala, con 194 kilómetros entre Vierzon y Lac de Vassiviére, los últimos cinco en constante ascensión al 4% de pendiente media.