El velocista ciezano del Movistar considera que en la jornada reina de mañana, con meta en el Santuario de Arrate, «quiero devolver a mi equipo el trabajo que mis compañeros han hecho por mí, para que este maillot sea para otro compañero del Movistar». Pero José Joaquín Rojas pretende abrir un paréntesis en sus opciones por repetir triunfo. «Espero poder estar ahí de nuevo el día de Oñati”. Otra etapa de recorrido similar al de ayer y hoy, con previsible desenlace al esprint.
Hoy, con meta en Vitoria, fue, como destaca el propio José Joaquín Rojas, “un día difícil por la lluvia, la sensación térmica de muy bajas temperaturas, sobre todo, en las bajadas». Al líder de la Vuelta al País Vasco de 26 años le recuerda a su época de sub-23, cuando competía en el desaparecido Würth, a las órdenes del cántabro Juan González, teniendo lugar la mayor parte de su calendario de entonces por la zona norte peninsular , pero ya desde amateur vengo corriendo en el Norte, «así que el frío nunca se me ha dado nada mal».
Rojas Gil tiene muy presente a sus compañeros del Movistar, a los que mañana hay que esperar verlos metidos de lleno en la puja por el triunfo en Arrate y por la consecución del maillot de líder que lucirá por segundo día consecutivo el de Cieza. «Mis compañeros han trabajado para que la fuga fuese pequeña; les han llevado siempre a cinco o seis minutos para que no se marchara muy lejos hasta que han entrado los equipos que querían el sprint. Todo el equipo ha estado de diez», concluye.
Sobre la llegada de hoy en Vitoria, Rojas comenta que, «busqué la rueda de Allan Davis, que era para mí la referencia, pero a última hora ha habido un frenazo; Impey ha saltado hacia adelante, y ya ha sido imposible cogerle, porque si iba yo a por él, perdía mis opciones para el sprint».
«A pesar de que estaba bien colocado, con ese parón todo el mundo se ha echado encima y ha sido muy difícil salir de ahí, incluso para ser segundo. Hay que reconocer que se la ha merecido: ha jugado sus bazas muy bien y ha podido ganar”, añadió.