El tan expectante final en el Muro de Bretaña, de dos kilómetros a una media de desnivel de casi el siete por ciento, y una cota máxima del diez, no fue tan selectiva como era de esperar. La resistencia opuesta por un grupo de cinco fugados, entre los que se encontraban los españoles Gorke Izaguirre (Euskaltel-Euskadi) e Inmanol Erviti (Movistar), hizo trabajar de lo lindo a los Garmin-Cervélo del líder Thör Hushovd, el BMC de Cadel Evans y el Omega Pharma Lotto de Phillipe Gilbert. El noruego temía que Evans le birlara el maillot amarillo porque tan solo existía un segundo de distancia entre ambos, y el ‘clasicómano’ belga era el máximo favorito a hacerse con la victoria dadas las características de la llegada y el resultado de la primera llegada de este Tour de France.
Pero llegado el momento y lugar, una rampa del diez por ciento de desnivel, a falta de poco menos de un kilómetro y medio para alcanzar la meta, había demasiados gallos en el corral. Prácticamente estaban todos. Pero la genialidad de Alberto Contador desbarató el guión, y provocó una fuerte escisión en el grupo de cabeza que apeó a grandes ciclista de la puja, como fueron Andy Schleck y José Joaquín Rojas. Sin embargo, el de Pinto no pudo culminar con éxito ese primer duro demarraje, y Thör Hushovd, Cadel Evans y Phillipe Gilbert seguían ahí, además de un sigiloso Samuel Sánchez.
Tras la marejada regresó la tensa calma, y Gilbert y Evans delegaron en sus lugartenientes para mantener a raya a sus rivales ante el temor porque no sucediera el desenlace deseado, porque al intento de Contador replicaran otros con acierto. Pero no sucedió así. La férrea vigilancia entre los aproximadamente ocho corredores que lograron reaccionar al tirón de Contador y al fuerte ritmo de control de BMC y Omega Pharma Lotto no daba tampoco mucho margen a las probaturas individualistas. Digamos que nadie se atrevía para que otros pudieran remachar con éxito su osado ataque. Y aún así, y a medida que se aproximaba el arco de meta, llevaban a unirse a los de delante algunos rezagados, entre los cuales seguían ausentándose Andy Schleck, que no su hermano Frank, tampoco Luís León Sánchez (Rabobank), pero sí el maillot verde de la Regularidad, José Joaquín Rojas, que reaparecía en escena tras un breve paréntesis de recuperación.
Pero llegados a la recta de meta, los pronósticos no fallaron, y Evans salió a tope en busca de cruzar primero bajo la pancarta de la meta del Muro de Bretaña, pero seguido muy de cerca de un espectacular Alberto Contador que, tras ver que nadie salía a rueda del australiano del BMC, reaccionó, pero de manera tardía. Aún así, hubo que recurrir a la photo-finish para comprobar que por un tubular, Cadel Evans había batido a un Alberto Contador que hizo el amago de alzar su brazo derecho en señal de victoria. José Joaquín Rojas, la otra gran esperanza española, se mantiene vestido de verde, y cruzaba en el puesto doce a solo seis segundos de Evans. Bastante más retrasado cruzó Luís León Sánchez, en el puesto 48, aunque a 23 segundos.