En la subida al Corbier, de primera categoría y a 25 kilómetros de la meta, el ataque del colombiano Heiner Parra provocó la selección en el pelotón, quedándose Fernández sin compañeros. “Pedrero tuvo un mal día y le echamos en falta su gran trabajo en esa parte final ya que en días anteriores había sido el escudero de Rubén. Pero mantuvimos la cabeza fría, fijándonos bien en quien podía ser peligroso para la general y a quien podíamos dejar hacer”, justifica y explica el seleccionador español sub-23 en el Tour de l’Avenir.
De esta manera, el protagonismo en la subida final –un repecho con porcentaje máximo del 13%- se localizaba en el grupo del británico Yates, Matej Mohoric (Eslovenia), Clément Chevrier (Francia) y Bakhtiyar Kozhatayev (Kazajstán), que entraban en este orden aunque con pequeñas diferencias entre ellos, pero sin que ninguno de ellos fuera una verdadera amenaza para el liderato del murciano del Caja Rural de Navarra, que se soldó a la rueda de Adam Yates, que sí era rival.
Fernández y Yates cruzaron bajo el arco de meta a 55 segundos del ganador, de manera que el de Churra logra salvaguardar su ventaja en la general provisional de 1:03, aunque otro rival, Patrick Konrad recortaba algunos segundos, y ahora es tercero a 1:10. Otros cinco ciclistas más, Kozhatayev, Oskar Svendsen, Merhawi Kudus, Parra y Gavin Mannion, se encuentran a menos de dos minutos en la general.
Mañana puede cumplirse el sueño de Rubén Fernández entre Chätel y el Plateau des Glieres; una subida de 14 kilómetros tras 135 de etapa y precedida de las ascensiones a La Vernaz, de tercera categoría en el kilómetro 23, y La Salève, de primera categoría, y en el kilómetro 88.
“Sabemos que mañana será un zafarrancho y que tendremos que trabajar desde el principio. Los chavales están muy mentalizados, saben que están haciendo historia y que tendrán que dar el callo. Además, aunque hay gente que lo intentará, también hay otros que serán más conformistas con lo que han ganado hasta ahora”, concluye el seleccionador.