«Son carreras (Amstel, Flecha y Lieja) que me van. Me gustan sus recorridos y su ambiente. Vengo con la mejor forma que podía esperar, que no es tanta como en años anteriores», decía Valverde en 2008 tras su reciente victoria en la París-Camembert. El murciano, que compartirá galones en el Movistar Team con el glorioso Nairo Quintana, ganador de la Vuelta al País Vasco, hace gala de un perfil que casa con un terreno abrupto, salpicado por explosivas cotas. Su medalla de bronce en el último Mundial de fondo en ruta se presta al optimismo el próximo 14 en la meta de la Amstel Gold Race, la ‘carrera de la cerveza’.
En su campaña de 2007, cuando acabó sexto en la Amstel y segundo en la Flecha Valona y la Lieja-Bastoña-Lieja estuvo por debajo de la precedente, cuando fue vigésimo tercero en la Amstel y vencedor de las otras dos.
Pese a todo, en la salida en Maastricht de la Amstel, Valverde es la principal baza del ciclismo español, con permiso de Joan Antoni Flecha (Vacansoleil), aunque el murciano no ha ganado nunca la Amstel Gold Race desde su creación en 1966.
La meta de la Amstel se sitúa más allá de la trigésimo primera cota, la del Cauberg, el lugar sagrado del ciclismo en la región. Allí se decidió el último mundial de fondo en ruta, y el final gustó mucho. Mediada la semana, y el fin de semana esperan las otras dos sagradas clásicas: la Flecha y la Lieja.
Tras las Ardenas disputará el Tour de Romandía, carrera que ganó en 2010 aunque después fue descalificado.