Sacude su cabeza en señal de incredulidad. Hace apenas una decena de metros que había vuelto a verse involucrado en una caída. Samuel Sánchez, con contusiones en su mano derecha y hombro izquierdo tuvo que ser evacuado en ambulancia, y abandonar así el Tour de France. Parece como si algún brujo hubiera gafado a los españoles. Los dos únicos equipos participantes, Movistar y Euskaltel, atraviesan por una agonía que no esperaban. Ambas escuadras norteñas están muy mermadas. Y eso que el campeón olímpico asturiano de los ‘naranja’ estaba bien ubicado en la general provisional. En el caso de los de Unzúe, el portugués Rui Costa es el único que mantiene vivas sus opciones.
Se sabía que esta octava etapa sería complicada, pero en el plano orográfico y táctico. Las caídas que habían lastrado la carrera días atrás parecían haber caducado. Ahora empezaba el auténtico Tour de France. Lo de antes era un comprometido trámite, que, como es habitual, deja fuera de concurso incluso a ilustres aspirantes al podio parisino. El Tour de France es una carrera de eliminación, en la que, al margen de llegar y exhibir una puesta a punto adecuada, hay que gozar de la fortuna de salvar los obstáculos que puedan ir apareciendo por el camino. Pero, quizás, todos ellos parece como si se hubieran amontonado durante la primera semana. Y eso que todavía quedan Alpes y Pirineos.
La octava etapa de hoy se localizaba en los Vosgos, en terreno de media montaña francosuiza, con llegada a Porrentruy. De este modo, con una jugosa ración de puertos, no era de esperar más que los demarrajes e intentos de fuga se sucedieran desde el kilómetro cero. Y como era de esperar, ahí estuvo Luís León Sánchez, en busca de la suerte y de la colaboración de que careció ayer. Su jefe de filas, Gesink está tocado, muy tocado, al igual que su lugarteniente Mollema, de modo que la filosofía del Rabobank se basa en probar con la consecución de triunfos de etapa.
El de Mula se unió a Gilbert (BMC), Voigt (RNT), Pérez (EUS), Millar (GRS), Riblon (ALM), Westra (VCD), Costa (MOV), Sorensen (STB), Chavanel (OPQ) y Curvers (ARG) cuando apenas se habían cubierto cinco kilómetros. Entre ellos, Jens Voigt escapa y logra una abultada ventaja. Superaba sin mayor sufrimiento la cota del Passage de la Douleur, mientras el grupo de perseguidores sufría varias remodelaciones, sin que ninguna de ellas convenciera al pelotón para lanzarse al ataque. No obstante, el corredor alemán no ha podido resistir mucho tiempo con sus once minutos de ventaja, y ha terminado siendo neutralizado por el pelotón a la altura del kilómetro 39.
A Voigt se une Steven Kruijswijk, que resistían hasta el último kilómetro de la cota de Maison-Rouge, cuando Blel Kadri toma el relevo en solitario y corona la tercera ascensión del día, en el kilómetro 50. Sin embargo, su estancia en la parte delantera de la carrera apenas ha durado unos kilómetros, bajo la doble presión planteada por sus perseguidores inmediatos y el pelotón, comandado por los hombres del Sky. La escuadra británica vuelve a actuar como apisonadora, y comienza a rebajar diferencias y a complicar los continuos intentos de fuga que sacuden a la cabeza del pelotón.
En el kilómetro 56, una caída frenaba en seco a Alejandro Valverde y Thomas Voeckler y, sobre todo, a Samuel Sánchez, que abandona. Valverde cambia de bicicleta, reemprende la marcha y pedalea solo, en busca del pelotón. Aparentemente no presenta síntomas que induzcan a la preocupación, pero más adelante, cuando topa con el coche del médico de carrera, éste le cura una herida en su pierna derecha. Se habla de un impacto sobre la tibia, de cuando cayó y saltaron por encima. Pero sigue en carrera.
Ha sido precisamente en esta ascensión donde comenzaba la larga andadura en solitario de Kessiakoff. El corredor conseguía encarar la cota de Caquerelle con 1’45” de ventaja sobre un grupo de perseguidores que empezaba a encadenar dificultades. Entre ellos se encontraban Gallopin (RNT), Kern (EUC), Nerz (LIQ), Kadri (ALM), Moncoutié (COF), Hoogerland (VCD), Pinot, Roy (FDJ), Kruijswijk, Mollema, Ten Dam (RAB), C.Sorensen (STB), Kiserlovski (AST) y De Weert (OPQ).
Pero Kessiakoff es adelantado por Thibault Pinot. En el descenso hacia Porrentruy, lograba aprovechar al máximo los segundos arañados en el puerto así como la fatiga de Kessiakoff, que evitaba por los pelos una caída en el descenso. Evans y Van den Broeck atacan a Wiggins. El grupo de favoritos es ya muy reducido. Se observa además a Schleck, Nibali, Menchov, Monfort, Zebeldia y Froome, pero no a Valverde.
Mientras Pinot completaba su gesta en solitario, Van den Broeck y Evans trataban de acortar distancias con Wiggins. El australiano se hacía finalmente con la segunda posición al sprint, sin poder arañar, eso sí, ningún segundo. Valverde llega a 2:21. Este no parece ser su Tour de France; al menos aquel que sonábamos.